martes, 5 de noviembre de 2019

The Social Work Times - Cuarta Edición


En el día de hoy, 24 de septiembre, la estructuración de la clase ha sido diferente y no ha estado caracterizada por la realización de ninguna dinámica. Esta vez, la clase ha estado centrada en los conceptos teóricos de la asignatura, más en concreto, en la definición de la Cultura y de conceptos directamente relacionados.

La visión de Cultura que se ha trabajado está enfocada desde diferentes paradigmas: el humanista (cultura adquirida individualmente como fuente de desigualdades), el antropológico (cultura como herencia global heredada e intrínseca en todas las personas) y la gestión cultural (Políticas culturales / Animación Sociocultural).


En este punto, se le otorga una especial relevancia al término Políticas Culturales como conjunto de acciones, es decir, como mecanismo de promoción y defensa cultural. Estas políticas poseen una importancia vital en la formación de los y las jóvenes de cada sociedad y son indispensables para la formación de personas críticas. Además, deben tratar de regirse por máximas de igualdad y plena inclusión de todos los colectivos sociales, sean más o menos mayoritarios. Cabe decir, que esta Política Cultural puede y debe ir más allá de los poderes públicos, sobre todo, en un mundo tan conectado gracias a las nuevas tecnologías.


En síntesis, no sólo se habla de la Cultura como aspecto abstracto vinculado a la formación de las personas, sino que, sobre todo, se centra en el aspecto de cultura como herramienta y arma para las generaciones venideras, en un intento de universalidad e igualdad de todo tipo de conocimientos, tradiciones y costumbres. Se hace hincapié en la importancia de la Animación dentro de este ámbito, a la vez, que se elabora un análisis del peso cultural que ha habido en los diferentes momentos de la Historia.



Además, consideramos que la realización de esta clase ha sido de gran utilidad, ya que ha permitido que pudiésemos comprender el sentido real que tienen las dinámicas que realizamos, más allá, de la diversión y el buen rollo. Es en este punto, donde se ha llegado a comprender que todas las personas pueden transmitir cultura con sus actos, más en concreto, nosotras y nosotros desde nuestra práctica profesional diaria.

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